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Sesión Ordinaria de Asamblea Universitaria

Historias-que-inspiran

ANABEL, FORTALECIENDO LA ANTROPOLOGÍA

Anabel Mirella Tinoco Salazar, antropóloga y defensora de los derechos de las mujeres, gracias a una beca otorgada por la Cooperación Belga, cursó una maestría en estudios de género en la Pontificia Universidad Católica del Perú. A lo largo de su trayectoria, ha recibido múltiples reconocimientos. Una de sus mayores contribuciones ha sido el dejar semillas en las zonas donde ha laborado que contribuyen a reducción de brechas sociales y al empoderamiento de las mujeres en el Perú.

Nació en la Oroya, pero siempre tuvo una conexión profunda con la comunidad campesina de San Pedro de Cajas, lugar de donde residían sus abuelos. Su niñez transcurrió entre la vida rural y la urbana, pasando las vacaciones en la chacra de sus abuelos y sus estudios en la ciudad donde vivía junto a su madre y a su tía quien también era su madrina. Ellas influyeron de manera decisiva en su crianza, comenta con gratitud. Recuerda esa época con alegría, especialmente los días de retozo con sus abuelos y sus habilidades emprendedoras: “Vendía bolsitas de papel de regalo que confeccionaba para sus compañeras y los vendía de acuerdo al tamaño”, relata con nostalgia.

Retomando el tema de sus estudios, el primer año de primaria lo cursó en La Oroya; pero luego se trasladó con su madre a Huancayo donde asistió al colegio Santa María Reina. Ahí destacó en deportes y declamación y aunque no tuvo viaje de promoción, celebró uno a Perené con sus compañeras tras ganar un campeonato regional de voleibol en Junín. De esa experiencia, mantiene un cariño especial por su entrenador Payito, cuyas enseñanzas en voleibol le dejaron una huella profunda.

Ya en secundaria, decidió continuar sus estudios en el Colegio Mariscal Castilla que, a diferencia del Santa María Reyna, éste era un colegio mixto. De esos años recuerda las buenas amistades que formó. También destacó en inglés y danza, y complementaba sus estudios con clases en academias preuniversitarias. Desde su “infancia misionera”, hasta su secundaria Tinoco Salazar también tuvo una activa vida parroquial en la catedral de Huancayo y en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, donde sus amistades y otras actividades religiosas le ayudaron a sobrellevar, de alguna forma, la ausencia de su padre.

“Siempre recuerdo, la vez en que me escapé de casa – no para ir a una discoteca – sino para asistir a un culto evangélico donde me habían invitado. Fue divertido que me llamaran la atención por esta fuga inocente”, evoca entre risas.

En su vida escolar hubo momentos difíciles. En algún momento, tuvo que vender dulces en el colegio, y una de sus profesoras, Elvira Otárola, la reprendió con un consejo que nunca olvidaría: “Viniste a la escuela a estudiar y no a vender; esfuérzate, aprende, y con ello tendrás todo lo que desees”. Esta lección la motivó a seguir adelante, y por ello aún guarda un cariño especial por ella, junto a su maestra Rosario Bahamonte a quienes agradece por su paciencia y disciplina.

Llegado el momento escoger su carrera universitaria, en un principio, Anabel se inclinó por la Arqueología, pero al dar cuenta que no existía esta carrera en Huancayo; planeó continuar con Antropología con el fin de hacer un traslado externo a la Universidad de Lima. No obstante; cuenta que durante los primeros ciclos en la UNCP se enamoró de su carrera y continuó hasta graduarse. Por cierto, uno de sus catedráticos que más influyó en su formación fue Carlos Romero, quien la orientó hacia la rama de antropología y género, decidió dedicarse a esa especialización.

Incorporóse más tarde como voluntaria en la Red Interquorum Junín, lo que le permitió acceder a capacitaciones nacionales e internacionales en temas de políticas públicas, ejercicio ciudadano, medio ambiente y otros. También se adhirió al Centro de la Mujer Peruana “Flora Tristán” con toda una plataforma de espacios de formación en salud sexual reproductiva y prevención de la violencia, que marcaron la ruta de Mirella Tinoco.

Hablando en retrospectiva como exalumna ella nos brinda una reflexión: “La universidad nos brinda temas bastante generales en Antropología; sin embargo, debemos preocuparnos por fortalecer nuestras habilidades de investigación en distintos temas y generar espacios de diálogo. Y ¿por qué no? participar en fortalecer la democracia en nuestro país, desde los movimientos y bases sociales quienes son los verdaderos protagonistas”

Es importante mencionar y, a su vez, resaltar que, sus impedimentos económicos nunca le fueron un impedimento tanto en el colegio como en la universidad. Anabel Mirella trabajaba, vendía cassetes, vendía ropa y, al no tener una computadora en casa, todos sus trabajos los hacia dentro de la universidad.

Su camino laboral inicio en el distrito de Mito como coordinadora de programas sociales. Luego se arriesgó a trabajar sola en las lejanías de Ayacucho (Lucanas) donde implementó proyectos para la prevención de la violencia contra la mujer. Más tarde se trasladó a Pucallpa, como facilitadora regional en el programa de derechos sexuales y reproductivos de la organización Manuela Ramos con docentes y alumnos en su proceso formativo. Siguiendo su ascenso y, para resumir, se desempeñó como Proyect Manager y Especialista Social en distintas instituciones tanto públicas como de cooperación internacional, donde se abordaba temáticas de prevención de riesgos, adaptación al cambio climático, patrimonio cultural, empoderamiento económico, e intervenciones donde se fue incorporando el enfoque intercultural y de género.

A sus 14 años de labor, ha transitado por diversas responsabilidades y actualmente se desempeña como directora ejecutiva de Qusi Sunqu donde desarrolla consultorías en distintos aspectos a nivel nacional, teniendo como objetivo principal los enfoques de género e interculturalidad. A su vez, está a cargo del seguimiento y monitoreo de actividades del Programa Aurora del MIMP en ocho regiones del país.

Anabel concluye aconsejando a sus colegas: “Necesitamos visibilizar más las experiencias que estamos teniendo en varios campos de acción. Es importante que las y los antropólogos compartan sus vivencias y podamos fortalecer nuestras políticas territoriales con enfoque intercultural y de género”.

Y tú ¿Conoces a algún otro egresado que inspira? 

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POR

JOHN CHRISTIAN SANTIVAÑEZ HUATUCO

Escritor, blogger & copywriter

Soy un profesional auto motivado, divergente y con ambiciones poco ortodoxas. Mi prosa es catalogada como audaz, divertida en muchas ocasiones y sobre todo edificante, es por ello que me honra ser publicado en distintos medios tanto impresos como digitales. Como son el Diario Correo, Fulgor de Espigas en el Diario Primicia, Revista Bitácora, Revista Gazeta, Diario La voz, el magazine Zankyou de España, el Proyecto “Para Quitarse el Sombrero” de la Fundación Romero, entre otros. Actualmente he presentado a la sociedad el libro «Inmunes al Miedo», patrocinado por el Colegio Médico del Perú y soy autor del proyecto «EGRESADOS QUE INSPIRAN» en la Universidad Nacional del Centro del Perú que hoy es acogido por diversas instituciones formativas y estoy muy agradecido por ello.