LARRAURI DE LA CRUZ , UNA HISTORIA DE PERSEVERANCIA EN MEDICINA
Enzo Manuel Larrauri de la Cruz, es médico cirujano de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP). Ostenta un postgrado en Cirugía General en la Universidad Nacional Federico Villareal y cuenta con una pasantía en Cirugía Bariátrica en el Obesity Goodbye Center de Méjico.
Enzo Manuel es natural de la ciudad de Huancayo. Sus estudios primarios y secundarios los realizó en el Colegio preseminario” San Pio X” y fue en estos años escolares donde la ciencia y la anatomía la atrajo en las páginas de las famosas enciclopedias de aquellos años. Este natural interés lo llevó a plasmar sus incipientes conocimientos de tal forma que ensayaba sus primeras incisiones en pollos muertos antes de que los metieran a la olla.
Nuestro protagonista, perteneció a la cuarta promoción de la Facultad de Medicina (1995). Su historia para ingresar a la UNCP fue intensa. Luchó nada menos que cuatro años para poder ingresar a su facultad añorada. Nos cuenta de manera honesta que tuvo primero que ingresar a la Facultad de Zootecnia para buscar su traslado interno a medicina. En zootecnia, Manuel nos cuenta que apreció mucho las prácticas estrictas que realizaba y también la industria pecuaria. Sin embargo, él nos cuenta que no rendía. “Yo anhelaba siempre estudiar medicina y mientras esperaba la oportunidad sólo estudiaba por estudiar. Tal fue así que mis profesores dudaban de mi capacidad y hasta mis padres me tildaban de ocioso o vago”; confiesa.
Ciclos más tarde pudo acceder al traslado y, de esta manera, lo que antes eran comentarios peyorativos o vergonzantes se convirtieron en halagos y alabanzas. Al estudiar medicina, Larrauri era como un pez en el agua.
Al preguntarle si algún docente marcó su etapa universitaria, Enzo menciona sin dudar a Guillermo Cuba, quien dictaba la cátedra de anatomía humana. “El profesor Cuba era el filtro que separaba la paja del trigo y para poder pasar de año literalmente tenías pasar por su cadáver”, nos cuenta.
Por esta razón, ya para el tercer año siempre había un pequeño grupo poblacional de alumnos de medicina, donde por supuesto se encontraba Larrauri de la Cruz y coincidentemente su futura esposa.
Su etapa de internado médico lo transcurrió en el Hospital Nacional Hipólito Unánue en Lima. En éste hospital, él siempre se esmeraba porque; como provinciano, siempre competía con otros internos y residentes de la UNFV, de la Universidad San Martín y de la Universidad Ricardo Palma. “Los médicos asistentes y docentes preguntaban y yo siempre respondía. Gracias a ello me felicitaban. La clave era quedarme hasta tarde y observar al paciente que ingresaba desde el primer momento para – inmediatamente – investigar sobre su tratamiento”, nos relata.
Para estas alturas de su historia, Enzo ya tenía una hijita de siete años y salió adelante percibiendo en aquella época tan solo 200 soles como emolumento, pero nada era poco en compañía de su esposa (también internista) y el apoyo de sus familiares.
En cuanto a una breve reflexión dirigida a los estudiantes de medicina, Larrauri aconseja a quienes aspiren a ingresar a la universidad, que sean perseverantes en todo momento. Que como él, que postuló ocho veces, nunca se rindió tan igual que su madre nunca se cansó de apoyarlo. A su vez, nos dice que no busquemos el por qué de los eventos, pensemos en que todo tiene un propósito.
Al respecto de su despegue profesional, ya titulado, nuestro protagonista realizó el SERUMS en la Compañía Especial de Comandos de Pichanaki donde tuvo la oportunidad de atender soldados heridos, traumatismos y otros; no obstante, su vocación siempre fue la cirugía y fue en aquel preámbulo que el Hospital de la misma localidad le pidió apoyo a Enzo Larrauri donde recién pudo desenvolverse en lo que deseaba. De esta forma, trabajando a la par en el MINSA y en el Ejército Peruano; impulsó su primer emprendimiento que fue una botica.
Bueno, habiendo transcurrido un año, dejó la selva central para realizar su residencia en el Hospital de la Policía en el cual, a pesar de no haber recibido buenos comentarios, aprendió mucho. “Gracias a Dios, llegué a este hospital. Aunque con pequeñas deficiencias, el asegurado tiene de todo y en aquel nosocomio se realizaban cirugías aún más complejas que en ESSALUD”, nos narra entusiasmado.
Siguiendo los pasos de Larrauri de la Cruz, él dejó el Hospital de la Policía y fue asignado a Hospital de Jauja, para luego llegar al Hospital del Seguro en Huancavelica y hoy se encuentra laborando en la Unidad de Estómago del Hospital Ramiro Prialé Prialé de Huancayo. Esta vasta experiencia le valió para convertirse en docente universitario en Universidad Peruana Los Andes, en el Universidad Continental y – por supuesto – en la Universidad Nacional del Centro del Perú
Hablando de su faceta como empresario, a la fecha fundó una empresa familiar llamada GRUPO LARRAURIZ dedicada al alquiler y venta de equipos médicos, venta material médico y recursos humanos. Con respecto a ello, Enzo indica que nuestra formación tanto escolar como universitaria debería incluir una formación financiera; porque muchos somos educados solo para ser empleados ya sea del sector privado o estatal. Sin embargo, Larrauri inculca a que los estudiantes busquen que “el dinero trabaje para uno mismo”; es decir una real libertad financiera que les habrá paso al mundo empresarial.
Como reflexión hacia sus colegas, sobre todo a aquellos que operan constamente, él ha decidido deshacer aquel estigma de lo que muchos han sociabilizado como “negligencia médica”; por ende, aconseja a sus colegas a respetar estrictamente sus protocolos y apoyarse de sistemas e incluso de grabaciones desde el diagnóstico hasta la cirugía para salvaguardar el profesionalismo de todos los médicos.
Y tú ¿Conoces a algún otro egresado que inspira?
CONTÁCTANOS AQUÍ